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La Agencia Española de Cooperación Internacional para el desarrollo, es pequeña en términos monetarios, pero con un gran impacto en nutrición. Este impacto se consigue mediante la promoción de cambios legislativos y desarrollo de políticas basadas en el derecho a la alimentación, y la búsqueda de la complementariedad de la ayuda bilateral con el apoyo a ONGDs al ‘aterrizar’ esas políticas en el territorio. Estos aprendizajes son útiles especialmente durante este año 2025, en el cual se celebrará la Nutrition for Growth Conference, marcando el final del decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición.

De recipiente de ayuda al desarrollo a cooperación técnica
España es un estudio de caso muy interesante sobre la larga historia de cooperación técnica en nutrición que estamos investigando en el IDS. España pasó de ser receptora de ayuda al desarrollo en nutrición, a ser uno de los lideres globales en cooperación en Derecho a la Alimentación.
Los años 2000 fueron un punto de inflexión para la Cooperación Española, como resultado de un movimiento social en los 90s demandando el 0.7% del PIB para cooperación al desarrollo, así como una cultura política (ya difunta) en la que los partidos políticos estaban abiertos al diálogo y al consenso en cooperación. La estrategia de lucha contra el hambre fue negociada y aprobada por todos los partidos políticos (de derechas e izquierdas) en el parlamento y por los gobiernos regionales. La crisis global de 2008 y la llegada de un gobierno con proyecto neoliberal en 2010 significó recortes brutales a la cooperación, obligando a la Agencia a priorizar sus intervenciones.
Pese a estos retrocesos, el análisis en el indicador CAD muestran que las intervenciones de la AECID en nutrición evolucionaron positivamente; pasaron de proyectos simples y focalizados entre el 2002-2007, a intervenciones integrales y multisectoriales más recientemente, 2014-2022. Además de una mayor atención en la sostenibilidad, resiliencia, fortalecimiento de capacidades locales, empoderamiento de las mujeres y adaptación al cambio climático a lo largo del tiempo.
La Nutrición es política: Lecciones aprendidas
La cooperación en nutrición muestra un impacto particular cuando la nutrición se integra de manera transversal e intersectorial, cuando la cooperación se enfoca en desarrollo de políticas de estado, con la colaboración de frentes parlamentarios, sostenidas en el derecho a la alimentación.
- Colaboración con Frentes Parlamentarios, es una estrategia innovadora que coloca la nutrición en el centro de la legislación, abordándola en todas sus formas y multidimensionalmente, sentando bases para transformaciones importantes en los territorios. Además, fortalece prácticas democráticas al sentar a parlamentarios de diferentes bancadas para discutir temas alimentarios, dejando de lado tintes políticos.
- El Apoyo y alineamiento a las políticas de estado basadas en derecho a la alimentación es un elemento central en nutrición, en su apuesta por el fortalecimiento de las políticas de estado del país socio y el respeto hacia la propia planificación y gestión de las políticas públicas.
- La medición de la malnutrición no debe ser despolitizante. La nutrición ha sido en ocasiones solamente medicalizada, y hay necesidad entre obtener datos fidedignos y objetivos sobre malnutrición, estableciendo las causas políticas de esa malnutrición. Por ejemplo, es necesario una evaluación precisa de la malnutrición con instrumentos como la IPC sin olvidar ni denunciar la hambruna como instrumento de genocidio en Gaza perpetrado por Israel.
- Las intervenciones nutricionales deben basarse en un análisis de contexto para ser efectivas. Comprender las dimensiones políticas, económicas y socioculturales del territorio permite diseñar estrategias adaptadas a cada comunidad. La antropología de la salud y la nutrición ha sido útil en países como Níger y Perú para entender cómo los hábitos alimentarios y la industrialización afectan la nutrición, permitiendo rescatar recetas tradicionales e impulsar cambios culturales hacia dietas más nutritivas.
- El enfoque territorial y comunitario fortalece el impacto de las políticas de nutrición y es clave para la sostenibilidad.
La articulación de políticas y programas en los territorios descentraliza la toma de decisiones y promueve la participación de gobiernos subnacionales, facilitando la adaptación de las políticas a las características de cada territorio. Experiencias en Níger, Guatemala y Mozambique demuestran que combinar intervenciones de nutrición con desarrollo comunitario mejora la diversificación de la dieta y prevención de la malnutrición en todas sus fases. Aunque, el trabajo comunitario exige un correlato en el nivel nacional, que brinde soporte a los procesos a nivel local. - Garantizar que la nutrición sea transversal y multidimensional. La AECID ha venido trabajando bajo una mirada multidimensional de la nutrición, enfocándola desde la seguridad alimentaria, integrando la producción, cambio climático, salud, agua y saneamiento. Asimismo, el enfoque de genero ha sido transversalizado en estas iniciativas.
Recomendaciones para el futuro de la cooperación en nutrición
- Las intervenciones de nutrición deben estar basadas en el Derecho a la Alimentación, al brindar un marco adecuado para superar la visión de caridad o política exterior y transformarla hacia una visión que apuesta por hacer del derecho a la alimentación un tema exigible y que debe ser garantizado por los estados, y que exige la participación plural de varios actores, teniendo a los estados como garantes, fortaleciendo su responsabilidad para su cumplimiento.
- Reforzar la rendición de cuentas a nivel global en nutrición. El Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OECD es el instrumento multilateral empleado para este propósito, pero más allá de conocer las cifras invertidas en el indicador de nutricion, resultaría fundamental conocer las intervenciones que generan más impacto y sus logros; separando las acciones destinadas a reducir la pobreza, y el uso de la cooperación como instrumento de política exterior o comercial. Defender estos mecanismos de rendición de cuentas es crucial.
- Fortalecer el enfoque territorial y comunitario en las políticas y legislación en nutrición. Se debe continuar articulando intervenciones con las dinámicas económicas, sociopolíticas y culturales de los territorios, asegurando la participación de gobiernos locales y comunidades para garantizar su sostenibilidad.
- Financiar las ONGDs ya que desempeñan un papel fundamental en implementación y monitoreo de políticas nutricionales. La cooperación bilateral y la financiación de ONGDs son complementarias y necesarias.
Cuando se coordina la financiación de sociedad civil con estrategias basadas en el derecho a la alimentación, el conocimiento del territorio y cercanía con las comunidades de las ONGDs facilitan la adaptación de las políticas y el seguimiento de los impactos. Además, su rol de incidencia ha sido clave para ampliar la visión de la nutrición más allá de lo técnico y médico. - Establecer mecanismos de priorización en intervenciones en nutrición aguda o crónica, de acuerdo con las fortalezas de cada Agencia de Cooperación, a fin de lograr el máximo impacto e impulsar la complementariedad de las mismas en cada territorio. La actuación de la AECID muestra lo fundamental de generar proyectos en países de renta media, donde la desigualdad se traduce también en desnutrición, pero a su vez en sobrepeso y obesidad, lo cual desafía a generar intervenciones de doble propósito.
Para ver las lecciones aprendidas de la AECID en intervenciones en nutrición, véase la guía que preparamos para la integración de la nutrición en las intervenciones de cooperación.